Beneficios de Vivir en Contacto con la Naturaleza

Impacto en el Sistema Nervioso
Vivir en entornos naturales tiene un efecto directo sobre nuestro sistema nervioso, lo que resulta en una disminución de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y una reducción de la tristeza. Este contacto natural aplaca la actividad en el córtex frontal subgenual, ayudando a regular nuestras emociones.

Reducción de la Inflamación Corporal
La capacidad de asombro ante la belleza de la naturaleza contribuye a la disminución de la citoquina, un biomarcador que indica inflamación en el cuerpo. Las personas que viven rodeadas de espacios verdes experimentan menor exposición a la Mycobacterium vaccae, una bacteria presente en la tierra con propiedades antidepresivas. Por ello, la jardinería es una actividad altamente recomendada.

Efectos de las Avenidas Arboladas
Las avenidas arboladas y la presencia de vegetación pueden reducir la agitación del pensamiento y equilibrar el sistema nervioso. Estas condiciones se traducen en menos recetas de antidepresivos, lo que sugiere que estar en contacto con la naturaleza mejora nuestro bienestar.

Caminar en Entornos Naturales
Estudios demuestran que caminar por áreas con vegetación, incluso en calles arboladas, activa nuestro sistema nervioso simpático, promoviendo el descanso, una buena digestión y sentimientos de satisfacción y tranquilidad. Esto contrasta con el sistema parasimpático, que se relaciona con la tensión y la inflamación.

Sonidos de la Naturaleza
Escuchar el trino de los pájaros ha mostrado reducir los niveles de cortisona, mientras que los árboles sueltan phytoncides, compuestos que aumentan la actividad de las células NK, cruciales para una función inmunológica óptima y con propiedades anticancerígenas.

Felicidad y Naturaleza
Las investigaciones muestran que las personas que viven cerca de la naturaleza son más felices. Pasar tiempo en entornos naturales promueve una atención sin esfuerzo, conduciendo a la restauración de nuestra capacidad de concentración. La fascinación suave por el movimiento de las hojas, el fluir de un río o el vuelo de los pájaros contribuyen a nuestro bienestar mental.